Las sirenas, tenemos cuatro personalidades, nunca sabemos cual de ellas saldrá cada día, una es alegre y muy intrascendente, solo quiere reír y divertirse, nada llama su atención excepto los placeres, otra es muy melancólica y a menudo le da por cantar historias que fueron y que pudieron ser, una tercera es muy miedosa y cautelosa con todo, teme que algo la pueda dañar y pasa de tener grandes sustos a llorar cuando no sabe defenderse de sus inquietudes, y por fin esta la personalidad investigadora, siempre esta buscando el por qué, la razón, el comienzo de algo de lo que compone la vida.Como sirenas, podemos cambiar de aspecto y tener más de una apariencia, así podemos tener el pelo rubio, pelirrojo, negro y castaño, sólo nuestro deseo al despertar cada día lo cambia de color, en cambio los ojos cambian de cromatismo ellos solos, según sintamos, amor, miedo o intriga y para el que sepa interpretarlo delata nuestro interior. Siempre vemos el mar, aun a través de bloques de edificios y nunca podemos estar más lejos de él que unos cien kilómetros, por eso nuestros viajes son muy limitados, aunque respiremos en la superficie es necesario percibir el olor del mar y nuestra piel necesita de su brisa periódicamente para no agrietarse. Nuestra mirada vuelve en su dirección una y otra vez y lo vemos y olemos aún a grandes distancias y con obstáculos de por medio. Por lo demás parecemos mujeres normales, nadie al menos nota la diferencia entre nosotras y una mujer real.
Lilith, monstruos primigenios y la mujer, el miedo que provoca al hombre su parte libre y marítima y la ruptura con su parte pez para unirse a él.
Cuentos de hadas, mitos de sirenas, y nuevas historias de amor.
Bien sé, mujer impura, que en tu boca vive el Mal, que tus besos son Pecado... Mas sé también de la delicia loca de tus labios besar y herir tu boca y saberme -¡oh mi hermosa!- de ti amado. ¡Oh, mi bella, oh mi ángel del Pecado!
Ven comnigo, y las ansias de mi pecho cálmame con tus besos, y a mi lado, tendidos los dos juntos en el lecho, dame el limón partido de tu pecho que late, late, y me dice:-¡adorado!... ¡Oh mi bella, oh mi ángel del Pecado!...
Mas me dicen, y mienten, que es mentira que me quieres, que nunca me has amado... ¡Cuando tu cuerpo vibra como lira y arden tus labios!...¡Qué más dá!: Mentira o verdad tú me das el goce ansiado! ¡Oh, mi bella, oh mi ángel del Pecado!...
Amar y sólo amar es lo que quiero consumir la manzana del Pecado, sin más traje que el mismo Adán primero, juntos los dos rimando los "Te quiero", y en un único cuerpo amada y amado. ¿Oh, mi bella, oh mi ángel del Pecado!
EL REMEDIO DE LOS SANTOS
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En Brasil es el nombre que recibe el árbol de andiroba, del que se extrae
un aceite muy útil de su preciado fruto que es como una castaña
El árbol de a...
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