martes, 26 de enero de 2010

Transponiente



Jardín de luz, jardín de flor y aromas,
van los novios soñando las veredas,
las palabras de amor son dulces pomas
hechas de olor entre las rosaledas...

Finge el quieto follaje verdes lomas,
caen del surtidor las aguas ledas,
el sol se vá, y entre arrullos dos palomas
se pierden por hondas alamedas...

Muere la rosa con gesto elegante,
se desnuda la flor de toda externa
gala para morir, el sol distante
en el sinfín de sombras ya se interna...
¡Oh, poderío inmenso del instante,
lo efímero hace la belleza eterna!...
(Juan Manuel Naveros Burgos)

Pon una Sirena en tu vida



¿Te sientes falto de energía? ¿Te dan mareos, tensión muscular, tienes dificultad para concentrarte, dolores de cabeza? Tal vez estás cerca de una sirena sin saberlo.
Cuando te cruzas con una sirena, ella, a veces, sin querer, absorbe tu energía, es por su constitución, no puede evitarlo, puede que el encuentro dure unos minutos, pero los efectos pueden notarse durante varios días.
Si además de lo anterior sientes fatiga crónica, desarreglos de sueño, irritabilidad o depresión, debes mirar a tu alrededor con conocimiento de causa porque sin duda una sirena esta muy cerca de ti.
No podemos evitar captar la energía de las personas que nos rodean cuando hablamos con ellas y nos prestan atención, ello es una de las causas por las que su voluntad se debilita y en el pasado, cuando nos conformábamos con marineros, llamándolos desde un islote, éstos venían, la voluntad de los hombres queda debilitada cuando los adulamos y llamamos dulcemente, pero el efecto puede ser notado por otras personas que estén cerca.
No todo es negativo, abandonarse a nuestra atracción es una sensación placentera para los hombres elegidos, el problema sólo lo padecen los terceros que sufren la pérdida de energía sin conseguir nuestra atención y cuidados.

jueves, 21 de enero de 2010

El Pescador (Goethe)


El poderoso atractivo que sobre nosotros ejerce un lago de aguas profundas y cristalinas inspiró a Goethe la siguiente balada, en la que el verso original imita con su corte y ritmo el balanceo de las aguas.

"Gimen las ondas, las olas se mecen

El silencioso pescador sigue desde la orilla los movimientos de su caña, de la que pende la muerte.

De pronto se agitan los cañaverales y una mujer eleva su hermoso cuerpo sobre las aguas.

Habla la ninfa y canta:"¿Por qué, pescador, quieres arrebatarme mis subditos?" ¡Si supieras lo felices que son, tú mismo desearías compartir su suerte!

La luna se mira en el lago: el rey del día se contempla en sus ondas; reflejados en ellas es mayor su hermosura.

El cielo azul, que parece que nada en el lago, todos esos cuadros reunidos y tu flotante imágen te buscan y te llaman.

Gime la onda, se mece la ola y el pescador introduce su pie desnudo en el agua.

Turbado su corazón, se deja atraer por misteriosos encantos.

La ninfa habla y canta con funesta dulzura.

El pescador cede a los ruegos, se abren las aguas y desaparece."




miércoles, 20 de enero de 2010

Canción del rey de Thulé (Johann Wolfgang von Goethe)


"Había en Thulé un rey fiel hasta la tumba, a quien su amada, antes de morir, entregó una copa de oro.

Nada tenía para é tanto valor como aquella copa que vaciaba en todos los festines; cada vez que en ella bebía, sus ojos se llenaban de lágrimas.

Y cuando estuvo a punto de morir, contó las ciudades de su reino y todo lo dejó a sus herederos, todo menos la copa.

Presidia el banquete real, rodeado de sus caballeros, en la alta sala de sus antepasados, en su castillo a orillas del mar.

Allí se levantó el viejo bebedor, bebió la última gota ardiente de la vida y luego arrojó la venerada copa, allí abajo, a las olas.

La vió caer, llenarse de agua y hundirse en el fondo del mar. Los ojos del rey se cerraron; había bebido pro última vez".

Esta admirable canción ha sido muchas veces traducida, pero ni los más hábiles intérpretes han podido conservar el especial encanto que domina en la célebre balada. Sobre todo la última estrofa está impreganada en el texto original de una melancolía tan conmovedora, que nos parece oir en ella algo asi como el rumor de un sollozo ahogado. No es nada facil traducir el texto alemán a ningún otro idioma y conservar toda la fuerza que Goethe le transmitió.

El mismo Goethe cantaba sus Lieder y como no era músico puede que no entonara con armonía, pero él mismo decía: ¡No leáis mis versos, cantadlos!

DUDA


Duda horrible, tenaz, que me atormenta;
que emponzoñas mis sueños venenosa:
- "¡Vete, ... lejos, adonde no te sienta
repetir siempre igual la misma cosa!"

Mas no que vienes, duda turbulenta,
con tu dardo a punzarme -sierpe rosa-
que me roba, me espina y no contenta
torna y convierte mi alma en recelosa

Dime, mujer, que es ese mi destino;
¡para qué dilatar mi triste sino!;
así con la verdad, clara, desnuda.

Sufriré, si sufrir puedo siquiera:
que es mejor ver morir una quimera
que no la incertidumbre de la duda.
(Juan Manuel Naveros Burgos)

sábado, 16 de enero de 2010

Coral


No todas las sirenas tienen la misma suerte a la hora de seducir, a veces es más complicado de lo que parece, a pesar de nuestra preciosa voz y de la belleza que se nos presupone.
Cuando estamos en el mundo seco para llevar a cabo nuestra misión de conseguir seducir a un hombre nos reunimos y nos contamos que tal nuestras progresos y, en ocasiones, necesitamos colaborar para conseguir buenos resultados.
Coral, es una sirena pero, a veces, le cuesta demostrarlo porque da con hombres que en lenguaje humano y si los quisiera para algo más que seducirlos y traerlos a nuestro mundo, bueno, no servirían.
Ella casi siempre tiene la personalidad investigadora, le gusta buscar el por qué, la razón de todo.

Nuestra amiga, estaba influida porque acaba de leer un libro muy espiritual, las 9 revelaciones, en el decían que había que hablar con toda persona que se cruzara en tu camino, porque estaba ahí por alguna razón y seguro que la conversación era trascendental para uno de los dos, como ella es muy constante cuando le da por algo, hasta que se olvida con otra obsesión investigadora nueva, comenzó a hablar con todo el mundo, en el autobús, en la calle, en la compra…, algunos lo tomaban bien, y le contaban toda clase de historias, otros contestaban cortésmente y daban la vuelta.
El caso es que en esta etapa conoció a uno de sus objetivos para “novio”, el estaba eligiendo una revista y ella había ido a comprar el periódico, cuando se volvió se encontraron frente a frente, y le contó su teoría, a él le pareció muy interesante y se gano que le contara los nueve capítulos del libro, pero lo llevo muy bien, y le debió gustar porque la invito a salir.
El hombre acaba de salir de una relación dolorosa porque su exnovia le había dejado por otro, cada vez que lo contaba, y lo hacía a menudo lloraba sobre el hombro de ella.

Tenía un aspecto atlético, a ella le recordaba no sabía porque a un aviador, pensaba en él bajando de una avioneta de esas que salen en las películas antiguas, quitándose el casco y saludándola.

Se sentía muy cómoda conociendo al chico, el caso es que siempre hablaban de él, de su vida, de sus cosas, de todo lo suyo, así que el consejo del libro sin duda fue a él al que tenía que aprovecharle

Después de varias citas muy corteses, no podía creer que su mano estuviera en un lugar inconveniente, no es que le molestara, pero no lo esperaba, de pronto no se conformo con tocar y guió la mano de ella a un lugar bastante privado de su anatomía, entonces le contó que había sido capaz de estar toda una noche en una suit con su anterior novia y no tocarla, solo hablando y cogidos de la mano, y que aunque tenía 41 años, aun era virgen, esa confesión si que no la esperaba y nos contó que le bajo la libido el saberlo de inmediato, aunque en un acto de colaboración intento disimularlo, el comenzó a besarla en la boca, y ella se dejo, pero no paso nada más.
Al día siguiente él le dijo que había pasado una difícil prueba el día anterior porque tenía un grave problema del que aún no le había hablado, le gustaba ponerse la ropa de su hermana, y mirarse al espejo, y le gustaban un poquito algunos de sus amigos, más incluso que ella, pero había que reconocer que la noche anterior se había probado y su hombría había respondido y ella era testigo, pero ahora tenía que dejarla, porque tenía que descubrir si la echaba a ella de menos o prefería echar de menos a uno de sus amigos, como no ha vuelto a saber de él pensamos que se decidió por las ropas de su hermana

Cuento del viejo marinero (final)

Verse con naturaleza animal de nuevo era extraño para el marino, tantos años estático o ligado a un lugar, le hacían sentir que no podía alejarse, fue la primera vez que vio a su cuidadora, la sirena, con ojos, la había intuido cuando ella estaba cerca de él, desde sus otras naturalezas, su ser vital vibraba a su lado de forma muy intensa y sentía como si todo sus deseos se aplacaran.., sentía amor cuando ella estaba cerca; no sabía por que pero ese ser marino, en otro tiempo monstruoso para él, le daba sensaciones que quería retener, como un buen alimento o una corriente favorable al nadar, solo porque la sirena nadaba junto a él se aventuraba el caballito a salir de su lugar de reposo, y siempre volvía a él, miraba ahora la estatua, llena de conchas y plantas marinas, casi irreconocible y recordaba remotamente que él había sido hombre.

Cuanto tiempo paso es inútil tratar de saberlo, muchos años se acompañaron un ser a otro ser, tampoco nada hacía prever que llegaría un día el deseo de salir del mar, pero el caballito, cada vez se atrevía más a subir y subir hacia la superficie, sin reflexionar la razón ya que su mente dedicaba toda su capacidad al momento en el que vivía, era incapaz, salvo haciendo grandes esfuerzos, de rememorar o soñar, solo existía el momento y el océano, ayer o mañana le resultaban casi desconocidos.

Pero un día llego a su mundo el mañana, nadaban juntos y el caballito subía y subía hacía la superficie, una red llena de pescados paso junto él y miro curioso en su interior porque le recordaba algo, cuando supo que le recordaba era tarde para escapar, había sido atrapado por alguien, que como él antes, era pescador, vio como le arrancaban de un mundo que ahora conocía y como no podía respirar fuera de él, se sintió morir y miro al pescador, una larga mirada, luego cayó muerto al mar despreciado por no ser una pieza vendible.


La sirena solo pudo decir con un gran grito CONVIERTETE y recoger el inerte caballito en sus manos, desde entonces canta para los marineros por si el suyo se llego a convertir en uno de ellos, los besa y los lleva a su océano junto a la estatua, pero aun no ha encontrado a su compañero.


Cuentan que el marino, en el instante eterno de su segundo naufragio, cayendo ahora a un aire irrespirable no pidió convertirse de nuevo en hombre sino fundirse en el mar.

Tu recuerdo es como el beso del mar con la playa
Envuelve a mi pensamiento con ritmo idéntico al agua.
Olas y olas y olas... ¡Y mi corazón no cambia!
(El Recuerdo, Juan Manuel Naveros Burgos)

viernes, 15 de enero de 2010

Cuento del viejo marinero (continuación)

Transcurrió mucho tiempo y la planta era un hervidero de pequeños animales que se alimentaban o se refugiaban en ella, se sentía feliz el viejo marinero en su naturaleza quieta, conociendo cada lugar que le rodeaba sin tener que aventurarse por ellos y sintiéndose seguro en el apacible discurrir del tiempo, en unas estaciones menguaba y en otras crecía pero nunca salía de su lugar conocido, ya que crecía alrededor de la estatua. Sin embargo en algún momento comenzó a pensar en lo hermoso que sería poder ser uno de aquellos animales que lo habitaban, un tímido cangrejo, pequeño e imperceptible excepto para él que lo sentía ocultarse, una estrella de mar, tal vez un caballito de mar, si seguro que quería ser un caballito de mar pensó y sentir de nuevo la movilidad, eran muy ágiles, iban y venían y siempre había muchos a su alrededor como suspendidos en el agua, como le gustaría, pensaba, ser un caballito de mar, tanto pensaba en ello que su sirena lo escucho y después de meditar las consecuencias de poder perder a su ya querido marinero en su nueva forma permitió la transformación.

lunes, 11 de enero de 2010

NAUFRAGIO

(Naufragio, autor Joseph Mallord William Turner)
Desde la alta terraza miramar
contemplaba las olas tumultuarias,
cubriendo como losas lapidarias
la tumba de la barca de pescar.
La misma que yo viera naufragar
frente a las costas inhospitalarias
de aquellas toscas tierras solitarias
que asaltaba contínuo pujamar.
¡Ay, del pobre infeliz nauta perdido
y en la vorágine del mar bandera!
¡Junto a la costa y al destino rendido
ya enfrente mismo de su salvación!...
Me figuré que tú eras la escollera
y la nave, ¡oh mujer!, mi corazón.
(Juan Manuel Naveros Burgos)

domingo, 10 de enero de 2010

EL CUENTO DEL VIEJO MARINERO

Cuentan en mi mundo una historia que trata de un naufragio en el que un viejo pescador lleno de achaques por el tiempo y los años de duros trabajos se vio arrojado al mar junto a una estatua a la que trataba de sujetar por ser de gran valor, con ella, que era de piedra, se hundía en el mar sin remedio.

Acudió a ver los estragos de la tormenta una sirena, que miraba como caían al mar el marinero y la estatua y se sumergió con ellos, el viejo marino pensó que desearía ser de piedra como la estatua para no morir ahogado y la sirena que en el mar puede oír el pensamiento del hombre quiso concederle ese deseo, el cuerpo del marino quedo vacío de su espíritu que abandonándolo fue a habitar el cuerpo inerte de la bella estatua y con ella se hundió en las profundidades de aquel mar.

De esta forma pudo el marinero continuar con vida desde la naturaleza de una piedra, su sentir era extraño al principio, las piedras sienten lo que las rodea, pero no pueden ver al uso humano, sin embargo aprendió a ver con la vibración que cada cosa producía y podía distinguir su entorno, vivía en un mundo sin color, sin ruido, sin tacto, solo su corazón espiritual latía y agradecía poder seguir vivo a pesar de todo, en esa quietud silenciosa y oscura paso muchos años, la sirena venía verlo porque la estatua le parecía hermosa.
Las algas comenzaron a utilizar su superficie para crecer y podía notar como algo vivo lo envolvía, llego a amar esa simbiosis y pensó que sería muy feliz si pudiera transformarse en planta y dejar de ser una simple piedra, su sirena lo oyó de nuevo y le concedió ese don, la estatua quedo sin espíritu que fue a habitar la planta que la envolvía, como planta habito el fondo del mar durante muchos años, y sintió de nuevo los temores de la vida, habría alimento? Alguien la comería?, su pensamiento antes contemplativo se volvió más agitado por las dudas, quería crecer, pero hacerlo de forma protegida, por eso continuo utilizando como ayuda a la ya vieja estatua de piedra, creciendo alrededor de ella, sin embargo estaba protegido, sin saberlo, porque la sirena cuidaba de él como de un jardín cuidan los humanos. (continuará...)

miércoles, 6 de enero de 2010

Sor Juan Inés de la Cruz (Letras para cantar)





El Mar la admira Sirena,
Y con sus marinas Ninfas
Le da en lenguas de las Aguas
Alabanzas cristalinas:
Pero Fabio que es el blanco
Adonde las flecha tira,

Así le dijo, culpando
De superfluas sus heridas:
No dupliques las armas,
Bella homicida,
que está ociosa la muerte
Donde no hay vida

Hombres necios que acusáis
a la mujer, sin razón,
sin ver que sois la ocasión
de lo mismo que culpáis;
si con ansia sin igual
solicitáis su desdén,
por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?

La Infiel


Este silencio oblicuo de la noche
penetra dulcemente en los sentidos.
La callada Astarté su blanco coche
conduce al valle azul de los olvidos...

En el lago rebrilla el agua quieta,
se bañan en su espejo los luceros,
y hay una fragancia ajada que me inquieta
cual de podrida flor en los romeros...

-"Ven, mi pérfida amada, y la hora siente,
exquisita, dormida en la laguna...
Ven, y mira conmigo la corriente

fluir de las aguas en la noche bruna"
¡Y el cuello del río que en el puente
aprieta el dogal blanco de la luna!...
(Juan Manuel Naveros Burgos)

La vieja Sirena


Respira hacia el mar recordando…, mirando en él su ayer, ya lejano, parece irreal en un mundo que no la pertenece y del que en todo ese tiempo no ha notado la caricia, solo sabe que el tiempo transcurrió porque su cabello dejo en algún momento de brillar.
Y a su piel la abandono el color rosado, sus mejillas antes desafiantes montes gemelos, se hunden hoy en valles provocados por un desierto de secos surcos, cada uno de ellos puede contar como surgió.
Ese que recorre dividido en dos su boca esta ahí desde el día en que dejo de reír cuando él se fue aquella mañana distinta a todas las demás, la solitaria y oscura.
Cuando comprendió que era distinta dejo de amarla por serlo, pero ella, esperó, siempre, como si el fuera su marinero y tuviera que volver de nuevo, muchos dirían que es patético esperar a alguien para quien somos un recuerdo ocasional, pero la lógica ¿dónde está cuando la necesitamos?.
Lo que quiere nuestro ser, el universo entero quiere conseguirlo y para eso pone primero en nuestra mente la opacidad de no ver lo que cualquier otro vería.
Ella tampoco tenía donde ir, había renunciado a su mundo por amor, y por amor no le había contado todo lo que había cambiado por él; sus risas callaron las palabras y aun le quedaba obstinación en su decisión tan pensada, pero ya era hora de volver a su mar se dijo.
Suerte que siendo sirena le quedaban más vidas para saber que como esta no debía volver a vivir ninguna, nada de miradas al interior, solo cumplir con su seducción de sirena en sus futuros terrenales.

martes, 5 de enero de 2010

¿Una rosa sin espinas?


En los cuentos de hadas está el recuerdo más antiguo de nuestra raza, los mitos encierran un embrión de verdad por el que fueron inventados, este principio se adorna con la leyenda, pero siempre está dentro de ella para el que sabe buscar.
El príncipe debe en muchos cuentos de hadas rescatar a la pasiva princesa prisionera de un monstruo marino, mitad reptil mitad pez, que la tiene cautiva, con todo tipo de medios (tramposos y poco heroicos a veces, como capas de invisibilidad, espadas invencibles, escudos mágicos) el príncipe finalmente vence y mata al monstruo-dragón primordial liberando a la princesa que queda libre y rescatada de esa parte monstruosa de su existencia, separada de su forma salvaje y marítima, de aquella que puede defenderse, aunque no de “armas invencibles”, entonces la doncella es devuelta a una existencia de pacífica y sumisa mujer-princesa y aceptada, por el vencedor de ella misma, como trofeo.
La mujer primitiva que tiene esa parte salvaje y retadora es rechazada, como la primigenia Lilith bíblica, cambiada por una sosegada y transformada Eva vencida y sometida a su compañero.
Así se parte a la sirena en dos, separando a la mujer del pez, visto como parte monstruosa e inaceptable, impidiendo que existan dos naturalezas complementarias en ella, la húmeda, oceánica y fuerte, con la seca, terrestre y débil.
El hombre pierde así la posibilidad de habitar el mundo marino, en el que quedan solas las sirenas no vencidas, y saca a su mundo solo a la parte aceptable y seca de su compañera mujer.
Toda sirena vencida se siente por siempre incompleta y rota y busca sin encontrar en toda su eternidad temporal esa mitad que le han quitado sin recordar a veces lo que realmente es.

domingo, 3 de enero de 2010

Ansia


Yo besaré todo tu cuerpo ¡todo!,
sin dejar sitio alguno sin mis besos;
desde las uñas de tus pies rosadas
hasta el hilo último de tus cabellos...
Y tú estarás desnuda, estremecida,
tea propicia para mis deseos...
Y mis labios irán locos, febriles,
en ti sus rosas de amor encendiendo,
desde las curvas suaves de tus piernas
a la feliz morbidez de tu cuello...
Y tú estarás desnuda, estremecida
tea propicia para mis deseos...
(Juan Manuel Naveros Burgos)

OTRA VUELTA DE TUERCA


“Júpiter ha dado los cuernos al toro, los cascos al caballo, las patas ágiles a las liebre, la boca armada de dientes al león, las aletas a los peces, las alas a los pájaros y al hombre la razón. Muy poco le quedaba para la mujer y le dio la fascinación, que le valiese como garras, alas y demás cosas. He aquí por qué las hermosas vencen al hierro y al fuego” (Anacreonte, poeta griego del siglo VI a. de C.)

Siempre están a punto de descubrirnos, pero al final… nada, nos escurrimos de la realidad como el agua entre las manos, resbalamos en el pensamiento humano entre la certeza y la intuición.
Nuestra historia en el mundo seco proviene de los mitos clásicos, en Grecia, se decía que las sirenas eran hijas de Calíope y del rey Aqueloo y que vivían en Sicilia, en una isla cercana al Cabo de Pelore. A pesar de ser ninfas de agua se nos atribuía cuerpo de ave y cabeza de mujer, y así nos representaban como en el poema de la guerra de Troya cuando cuentan que nuestros cantos intentaban seducir a Odiseo, los nombres que nos atribuían aludían a nuestras voces: Aglófona (voz brillante), Telxiepia (palabras encantadoras), Pisíone (la que persuade el espíritu) o Molpo (el canto); pero hoy se puede profundizar más en esa historia y ver que es en mitos más antiguos que los griegos donde se da más luz sobre nuestra naturaleza, ahora que se han conseguido descifrar las tablillas de la civilización sumeria se sabe que los primeros dioses y diosas de ella eran acuáticos y en aquella época se relacionaban sin problema con el hombre dándose a conocer según su naturaleza.
Más se nos conoce por relatos de marineros, que son los únicos que consiguieron vernos en nuestro elemento y nos relacionan con la seducción y la muerte, la belleza y el peligro, quien cree en el misterio cree en nosotras.
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