sábado, 15 de marzo de 2014

TUS OJOS



Tus grandes ojos negros que brillan como estrellas
no sé qué tienen que recuerdan mar y cielo...
No sé qué tienen que entre sus dulces luces bellas
como las olas mecen la nave de mi anhelo.

Tus negros grandes ojos - dos sistemaas solares-
como la mar inmensos, como el cielo profundos...
No sé qué tienen que hablan lenguajes de mundos,
de países ignorados y remotos lugares.

Cuendo en ellos me miro sólo veo indecibles
abismos y gigantes muros impetnetrables...
¡Tus grandes ojos negros que con luces terribles
como las olas mecen a mi alma indomables!

Son como dos diamantes misteriosos y bellos,
donde asoma la luz como un eco lejano.
-¡oh, mujer! -¡de tu espíritu son los destellos
de invencibles secretos que me ocultan tu arcano!...

(Juan M. Naveros -Almería Misteriosa-)

miércoles, 5 de marzo de 2014

HOMENAJE





Una vez escuche que, como las pirámides, hay mujeres que sortean el paso del tiempo, mi madre era una de ellas, siempre bella, siempre fresca y alegre, creativa y eternamente joven.
La arena del tiempo pasaba por ella y solo la redondeaba como a las montañas, permanecía en pie haciendo barrera contra cualquier contrariedad, protegiendo a su familia.

Permanece en todo lo que una vez estuvo cerca de ella, mi padre la llamaba “su gacela” y así es como ella se movía, tenía dos preciosos nombres que la definían, Ángela Cristina, siempre hay miembros en las familias alrededor de los que se hace balance de los antepasados y el futuro, ella era la figura que definía el tiempo y paisaje familiar, la protagonista, como novia, como madre y como abuela, siempre el personaje más importante de su entorno.

De niña se deslizaba por una montaña en las afueras de Huercal-Overa, junto a la carretera, porque pensaba que algún director de cine pasaría y prendado de su agilidad la contrataría como artista, actúo de jovencita en el teatro y se quedó en blanco recitando, nadie se dio cuenta porque nadie esperaba nada más que verla hablar y sonreír, solo mirarla era gratificante.

Tenía una memoria excelente y se hizo maestra, así llegó a Olula del Campo y vivió dejando algo inolvidable en sus alumnos, después fue madre, y sobrevivió con mi padre, que también era maestro en Palomares, en tiempos de cambios tras la guerra civil española, con sopas de acelgas del campo y cartillas de racionamiento, allí pasó los años que luego se recuerdan a lo largo de la vida con más ardor.

Nacimos mis hermanos y yo, la vida continúo impermanente cada detalle, con ella como sólida unión de eslabones, mamá, Angelita, Geli…

Mi madre

martes, 4 de marzo de 2014

SI EL AHORA TUVIERA PODER





A veces, un vacío nos traga y nos deja callados, lejanos de todo, ausentes, tal que el tiempo no existe en realidad, nuestra mente nos trae fragmentos vividos diversos, de los que estamos insatisfechos y el rememorarlos nos arañan, parece que pensar de nuevo en ellos los mejorará, pero solo inquietan y abstraen del presente.

Bien dicen que somos expertos en eludir el AHORA y vivir rememorando o soñando, pensamos: esa persona con ese pasado precisamente soy yo, el me ha modelado y sin él ¿quién sería?, y a la vez, nos proyectamos y ansiamos ser en el futuro algo que aún no somos, el presente ese instante que es tan difícil de atrapar se queda sin nosotros, solo nuestra envoltura esta en ese espacio tiempo, la mente se pasea por la línea de la vida hacía atrás o delante.

Siento que estoy en el ahora cuando amo, el amor me hace ser inminente, ahora amo, justo en el instante, en el ahora siento la belleza, de otra persona que me deslumbra, o de un paisaje, en el ahora, el impulso de intentar permanecer en el momento perfecto, de hacerlo durar y disfrutarlo.
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