
Triste doncel que suspira
a la puerta de una bella,
el lírio con sed de estrella,
frente a la rosa delira
un amor que es una lira.
¡Dobla el cuerpo la pasión!
¡Y en sus manos de oración,
y en sus dedos para el ruego,
el lírio -alma de fuego-
tañe el propio corazón!...
(Juan Manuel Naveros Burgos, de "Poma")
No hay comentarios:
Publicar un comentario