Cuando miro mi rostro en el nítido espejo me siento rara, no me reconozco del todo, mis rasgos en este ambiente de aire son diferentes a los rasgos que identifico conmigo; allí, en el mar, los espejos son los brillantes ojos de otros seres, el tacto de mis dedos y las sombras que al nadar proyectamos cuando nos llega alguna luz y vemos las siluetas que se mueven con nuestro mismo ritmo, ¿de veras soy así?
EL REMEDIO DE LOS SANTOS
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En Brasil es el nombre que recibe el árbol de andiroba, del que se extrae
un aceite muy útil de su preciado fruto que es como una castaña
El árbol de a...