jueves, 16 de septiembre de 2010

LEYENDAS



Hay leyendas sobre nuestro origen que cuentan que, en un principio, éramos hombres y mujeres los habitantes del océano, podían los hombres traspasar el umbral de ambos mundos como continuamos haciéndolo nosotras, y respirar aire o agua, según el medio en el que se encontraran.
Vivíamos más plenamente juntos, pero había una prohibición ancestral en cuanto a la forma de alimentarnos, de todo fruto podíamos comer, de cualquier árbol y planta, excepto alimentarnos de otros seres vivos comos nosotros, ni del mar, ni del cielo, ni del agua.
El hombre primigenio incumplió el voto y comió de un animal abatido, probó ávidamente su carne e intentó que sus compañeras la probaran también, es buena, decía, merecemos comer cualquier cosa que deseemos; las mujeres de nuestra especie horrorizadas se apartaron de aquel festín, pero ellos comieron y se deleitaron con su nuevo alimento; eso, los hizo pesados, les resto vigor para nadar, aunque los hizo más fuertes en la tierra seca, se sintieron mejores, y quisieron obligarnos a comer para compartir su suerte que, ellos creían buena.
Huimos, en la huída nos seguían y atraparon a muchas de nosotras, pero también consiguieron escapar algunas llegando al mar, donde no tenían vigor para perseguirlas, poco a poco los que tomaron el alimento prohibido, perdieron la capacidad de sumergirse y su organismo se adaptó a la sequedad y el aire.
Sólo desde las costas, y desde plataformas, que fueron los primeros barcos, pudieron los perseguidores volver a estar cerca de parte de su antiguo mundo, de la parte, que hoy nos pertenece.

4 comentarios:

  1. Quizá por ello, querida Carlota, sentimos esa imperiosa necesidad de permanecer junto a la orilla de nuestro mar. La atracción de nuestra otra mitad para completarnos y alcanzar la plenitud primigenia. ¿ Has experimentado la sensación que produce volver a contemplar nuestra bahía desde la Autovía cuando vuelves de un viaje?.

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  2. Esa sensación que dices la recuerdo, porque la sentí, pero ahora solo deseo volver a sentirla, y me resulta dificil porque desque que vivo en Almería no siento igual que cuando venía unos días al año, siento todo más cotidiano y no consigo, aunque quisiera, sorprenderme como cuentas y me ocurría antes.

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  3. Así que es mejor?, tener y acostumbrarse o carecer y desear?

    Que complicados somos, verdad?

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  4. Menuda pregunta más dificil Baruk, aunque yo creo que prefiero lo primero, un abrazo

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