jueves, 21 de enero de 2010

El Pescador (Goethe)


El poderoso atractivo que sobre nosotros ejerce un lago de aguas profundas y cristalinas inspiró a Goethe la siguiente balada, en la que el verso original imita con su corte y ritmo el balanceo de las aguas.

"Gimen las ondas, las olas se mecen

El silencioso pescador sigue desde la orilla los movimientos de su caña, de la que pende la muerte.

De pronto se agitan los cañaverales y una mujer eleva su hermoso cuerpo sobre las aguas.

Habla la ninfa y canta:"¿Por qué, pescador, quieres arrebatarme mis subditos?" ¡Si supieras lo felices que son, tú mismo desearías compartir su suerte!

La luna se mira en el lago: el rey del día se contempla en sus ondas; reflejados en ellas es mayor su hermosura.

El cielo azul, que parece que nada en el lago, todos esos cuadros reunidos y tu flotante imágen te buscan y te llaman.

Gime la onda, se mece la ola y el pescador introduce su pie desnudo en el agua.

Turbado su corazón, se deja atraer por misteriosos encantos.

La ninfa habla y canta con funesta dulzura.

El pescador cede a los ruegos, se abren las aguas y desaparece."




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