SENSUALIDAD

Tu cuerpo desnudo un nardo

o jazmín de olor fragante,

o una rosa lujuriante,

cuya posesión retardo

ardiendo en la sed de tí.

¡Maravíllate si ví

el agua y no la bebía;

que en la sed que me consumo

es nuevo el placer que sumo

al placer de hacerte mía!

(Juan Manuel Naveros Burgos -Poma-)

LA FAVORITA

No hay ni reinas ni princesas en nuestro mar, sólo existe algo parecido cuando nombramos la Favorita, es una Sirena que durante un ciclo del mar decide que es mejor para todos, cuando hemos de reunirnos, o salir del mar, o quien de nosotras sale y quien permanece en sus cuevas.
Todas en el mar obedecemos a nuestra Favorita, que se rodea de muy viejas tortugas que acompañan como cortejo a cada una de las sirenas que han sido elegidas para ese puesto.
Solemos llevarle regalos que atesora, y que le dan un aspecto destacado, pero que luego quedan en el lugar que otra nueva Favorita ocupará cuando ella se vaya.
Sus llamadas llegan a todos los rincones, en el mar el sonido llega más fácilmente que en la tierra, nuestra forma de comunicarnos dentro del mar requiere un sonido imposible de reproducir en tierra, donde adaptamos la voz a la frecuencia humana.
Nadie pone en duda que ella siempre opta por lo mejor para el grupo y que sus decisiones son sabias, como se diría aquí.

Sirena

Tengo la convicción de que no existes

y sin embargo te oigo cada noche

te invento a veces con mi vanidad

o mi desolación o mi modorra

del infinito mar viene su asombro

lo escucho como un salmo y pese a todo

tan convencido estoy de que no existes

Que te aguardo en mi sueño para luego.

(Mario Benedetti)

HARÉN

Podría decirse que las Sirenas tenemos un harén, si pudiéramos conservar nuestras conquistas tal vez sería así, cada sirena tendría distintos hombres entre los que elegir, el rubio o el moreno, el hablador o el silencioso, como hacen en alguna cultura todavía con las mujeres.

El caso es, que como sirenas, nos sentimos unidas en solidaridad con las mujeres e intentamos ayudarlas cuando podemos, creemos que hay que salvar a una mujer de pertenecer a un harén; sin embargo, los pájaros en cautividad demasiado tiempo, no saben sobrevivir en un jardín en libertad, a veces, abrir la jaula no significa que quieran salir y explorar un mundo misterioso y temido, lleno de insondables, renunciar a la seguridad de las cuatro paredes conocidas, de las relativas comodidades de no procurarse alimento, ni temer más depredadores que el que lo cautiva por su canto, puede ser más atrayente que su libertad, es mejor soñar con ella, que tenerla para algunas personas, que no trasponen la puerta cuando finalmente la abrimos y liberamos de su sometimiento, permitiendo su huida y recobrar el timón de sus vidas, lejos del que se nombró su dueño y señor. y quedan dentro, esperando quizá un nuevo dueño.

EL LIRIO

Triste doncel que suspira
a la puerta de una bella,
el lírio con sed de estrella,
frente a la rosa delira
un amor que es una lira.
¡Dobla el cuerpo la pasión!
¡Y en sus manos de oración,
y en sus dedos para el ruego,
el lírio -alma de fuego-
tañe el propio corazón!...
(Juan Manuel Naveros Burgos, de "Poma")

MI JUEGO PREFERIDO

Cuando estoy en el mar, me gusta buscar viejos tesoros, restos de objetos de la tierra, admirados y codiciados solo por su antigüedad, pero también cofres llenos de monedas de oro y joyas de mujeres de otro tiempo que ya olvidaron que les pertenecieron, me gusta ponerme los collares y adornos y guardar en mi cueva los objetos de oro porque en el interior, con la tenue luz de nuestro fondo, brillan tímidamente y dan al lugar donde siempre regreso, un aspecto que me trae recuerdos de la tierra, recuerdos que en mis periodos húmedos agradezco.

POEMA 7

Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes

a tus ojos oceánicos.

Allí se estira y arde en la más alta hoguera

mi soledad que da vueltas los brazos como un

náufrago.

Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes

que olean como el mar a la orilla de un faro.

Solo guardas tinieblas, hembra distante y mía,

de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.

Inclinado en las tardes echo mis tristes redes

a ese mar que sacude tus ojos oceánicos.

Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas

que centellean como mi alma cuando te amo.

Galopa la noche en su yegua sombría

desparramando espigas azules sobre el campo.

(Veinte Poemas de Amor y una canción desesperada - Pablo Neruda)

NOS GUSTA LA LLUVIA

"La lluvia tiene un vago secreto de ternura, algo de soñolencia resignada y amable, una música humilde se despierta con ella que hace vibrar el alma dormida del paisaje..." (Federico García Lorca, Lluvia)

Cuando llueve vamos a algún lugar solitario, lejos de las miradas, y nos tumbamos a recibir la lluvia, vestidas al uso humano, nos mojamos y dejamos que nuestra otra naturaleza surja y se esponje con el agua, nos estiramos y sentimos la caricia cosquilleante de cada gota, el agua de lluvia es algo tan especial para una sirena, como tomar un baño en el mar para una mujer, para ella es cambiar su medio sumergirse en el mar y seguro disfruta de sentirse inmersa en el agua con distinta presión, y siente la sensualidad del agua, nosotras no tenemos lluvia en nuestro mundo y tomar un baño de esa pura agua de nube es erizante para nuestros sentidos.

Disfrutamos mucho con la lluvia, pero por esa razón necesitamos aislarnos cuando llueve.

COLORES

En el fondo de nuestros mares no hay color como aquí, no solemos estar en los lugares menos profundos más iluminados por el sol, nuestros hogares están entre las grutas de lo más profundo de los mares, allí la claridad proviene de los propios seres vivos que nos rodean, y de un resplandor suave que llega del fondo, cuando emergemos nuestra mirada se deslumbra por tanto color y su brillo, nos gusta mucho, sentimos el color como una sinfonía, siempre usamos muchos colores para adornar nuestra belleza, y por eso nos gustan tanto las flores.Pero por alguna razón no nos gusta mezclar los colores en nuestros adornos, nos gusta sentirnos llenas de un color u otro, pero de forma alternativa y no a la vez.

Dueña de la negra toca

Dueña de la negra toca,

la del morado monjil,

por un beso de tu boca

diera a Granada Boabdil.
Diera la lanza mejor

del Zenete más bizarro,

y con su fresco verdor

toda una orilla del Darro.
Diera la fiesta de toros

y, si fueran en sus manos,

con la zambra de los moros

el valor de los cristianos.
Diera alfombras orientales,

y armaduras y pebetes,

y diera... ¡que tanto vales!,

hasta cuarenta jinetes.
Porque tus ojos son bellos,

porque la luz de la aurora

sube al Oriente desde ellos,

y el mundo su lumbre dora...

(José Zorrilla -extracto del poema)

ALHAMBRA DE GRANADA: Inscripción Puerta de Comares

“Soy corona en la frente de mi puerta:
envidia al Occidente en mí el Oriente.
Al-Gani Billah* mándame que aprisa
Paso dé a la victoria apenas llame.
Siempre estoy esperando ver el rostro
Del rey, alba que muestra el horizonte.
¡A sus obras Dios haga tan hermosas
como son su temple y su figura”

(Poema de la puerta de Comares de la Alhambra de Granada
*Al –Gani billah: El vencedor por Dios, sobrenombre tomado

por Mohamed V tras la victoria de Algeciras en 1369).

PERLAS

Son nuestro alimento preferido, además de adornarnos con ellas, nos resultan deliciosas, su composición, de carbonato de calcio cristalizado, es muy buena para la salud de una sirena, y las tomamos como aquí se tomaría un manjar, sabemos que escasean y conscientes de ello, las apreciamos más.
El regalo más increíble en este mundo para una sirena son las perlas, pero sólo las rarísimas que son de verdad, extraídas tradicionalmente de nuestro adorado mar, no las cultivadas que nos saben muy diferente.
Sabemos la historia de la reina egipcia Cleopatra que, para seducir a Marco Antonio, tomo una de las perlas de sus aretes y disolviéndola en vino la bebió, Plinio, historiador del siglo I y contemporáneo estimaba que el valor de la perla era de un millón de onzas de plata, en la actualidad, se valoraría en unos 5 millones de dólares.

La perla del otro ariete fue cortada en dos y las mitades se colocaron en las orejas de la estatua de Venus en Roma

El Banquete de Cleopatra de Giovanni Battista Tiépolo.

SURTIDOR

Miraba el surtidor de perlas fuente,

que al subir salpicaba azul risueño,

caía en menuda lluvía frente

al rosicler del día.

De tus ojos el iris reluciente

quise mirar con loco empeño;

más cegado en su intensa luz ardiente

dominado quedé.

Y bañado en tu luz divina todo,

del jardín en los ámbitos floridos,

te sentía temblar del mismo modo

que del surtidor tiembla la canción.

Yo besaré tus labios florecidos

y te haré sentir mi corazón.

(Juan Manuel Naveros Burgos)

EL OTRO ULISES

“Circe… me dijo estas palabras: Oye ahora lo que voy a decir y un dios en persona te lo recordará más tarde: llegarás primero a las sirenas, que encantan a cuantos hombres van a su encuentro. Aquel que imprudentemente se acerca a ellas y oye su voz, ya no vuelve…y empezaron un sonoro canto…conocemos también todo cuánto ocurre en la fértil tierra... Esto dijeron con su hermosa voz. Sintióse mi corazón con ganas de oírlas…” (Homero –La Odisea)

El otro Ulises, aquel que cantó otro poeta, y su canto no llegó hasta nosotros, ese fue mi Ulises, el que me escucho y se sumergió junto a mi para no emerger nunca más, aquel con el que luche en la conquista y vencí, y luego, sin él, fui vencida, él, solo él, al que ahora busco para medir de nuevo nuestras fuerzas, para reír juntos, para oír sus sueños, al que no encuentro en ningún otro hombre porque solo su mirada tenía poder sobre mi para hacer que le odiara, que le deseara, que midiera todo mi arte de seducción, ¡cuánto me costo doblegar su voluntad! Y cuanto me cuesta aceptar que lo conseguí. Si tuviera lagrimas lloraría, si pudiera regresar al día en que su nave llego hasta mi le dejaría ir, solo querría mirarle de nuevo desde la orilla.

ME PEINA EL VIENTO LOS CABELLOS (Pablo Neruda)

Me peina el viento los cabellos

como una mano maternal:

abro la puerta del recuerdo

y el pensamiento se me va.

Son otras voces las que llevo,

es de otros labios mi cantar:

hasta mi gruta de recuerdos

tiene una extraña claridad!

Frutos de tierras extrajeras,

olas azules de otro mar,

amores de otros hombres, penas

que no me atrevo a recordar.

Y el viento, el viento que me peina

como una mano maternal!

Mi verdad se pierde en la noche:

no tengo noche ni verdad!

Tendido en medio del camino

deben pisarme para anadar.

Pasan por mí sus corazones

ebrios de vino y de soñar.

Yo soy un puente inmóvil entre

tu corazón y la eternidad.

Si me muriera de repente

no dejaría de cantar!

EL BAÑO

“…Cuando le comunicaron que estaba prometida y que tenía que casarse, tuvo que bañarse durante siete días seguidos…” (Antonio Abad – “Quebdani”)

Dicen que a pesar de que los días que se le dieron al hombre tras el diluvio fueron muchos menos, y por eso ahora hay tanta diferencia entre el tiempo de su existencia y el nuestro, se les concedió que permaneciera de cada generación una memoria histórica intangible que hace que los conocimientos de la anterior sean absorbidos por la siguiente, incluso intuitivamente, una de esas memorias, es la que acompaña al hombre para que sienta la necesidad del baño, esta necesidad desde tiempos muy remotos, respecto a las mujeres, significa belleza, Vasthi, Esther, Cleopatra, Popea, Ninón de Lenclos…, famosas por su belleza, todas contaban con sus baños especiales embellecedores, en todas las civilizaciones, el baño de la mujer para crecer en hermosura, antes de afeites y adornos, ha sido imprescindible.


Para una sirena es una necesidad, no podemos conservar nuestro aspecto si no nos sumergimos en el agua cada día, si no podemos, nuestra piel comienza a deteriorarse y la capacidad de regenerarla también, perdemos capacidades de trasformación y estamos en una mala situación, podemos aguantar un tiempo, pero el envejecimiento es muy rápido y en unos días nadie diría que somos la misma persona, así que en toda época nos juntamos para tomar nuestros baños, en lugares lejanos a las miradas que puedan sospechar por qué en invierno o con clima gélido, aún vamos a tomar un baño.

¿PUEDES AMAR A UNA MUJER DE 1.200 AÑOS?

Tal vez si puedas, pero solo porque no los aparento, es difícil que un hombre ame sin que influya en ello su sentido de antiguo cazador, necesitado de perpetuar su especie, y como en la jungla hay hembras A cubribles y hembras B que solo cuidan la descendencia de las otras.
¿Qué atrae a un hombre? No solo la belleza, porque ésta esta en quien mira, como dijo el poeta, “el brillo del oro está en la luz”, cualquier hombre puede mirar a la misma mujer y verla o no verla hermosa, pero lo que la mujer transmite desde su interior se convierte en algo sólido y palpable, y ella a veces transmite, “todo termino para mí”, “ya no tengo edad” de amar o de gustar.

El pensamiento es definitivo, y casi infranqueable, el condicionamiento es muy fuerte, aquí, sólo el hombre puede envejecer y continuar con ilusión de enamorarse, hasta se pone nombre a las mujeres que tienen un amor fuera del contexto aceptado por la sociedad, sólo con hombres mayores que tú y sólo hasta cierta edad, luego eres una persona fuera de los parámetros, que no acepta su edad y lo que significa.
¿Significa que ya no puedo amar porque cumplí más de 1.000 años?, ahora es cuando amo con más profundidad, ahora es cuando por fin conozco mi cuerpo y se qué busco en un compañero de juego amoroso, y continúo sintiéndome perturbada cuando él, se acerca.

LA RAMA

Supiraba el paraíso

en el aire de su aroma...

-Amor, ¿qué es lo que tengo

que la brisa me disloca?...

Suspiraba el paraíso

entre tu boca y mi boca.

Era una rama florida

de amarillas flores toda.

-Amor, ¿qué es lo que tienes

que el viento te puso loca?...

¡Y en la rama-paraíso

floreció una flor muy roja!...

(Juan Manuel Naveros Burgos "Poma")

CUANDO NADO, NO PIENSO...

Que difícil me resulta aquí no pensar en algo, siempre tengo algo en la mente, de noche, cuando todos duermen, pienso en mi mundo, me veo nadando, volviendo a él, y entonces recuerdo que allí no pienso, solo nado.

Mi mente descansa, supongo que la vida humana es tan breve que no necesita ese descanso, y por eso siempre se analiza todo y se juzga lo que sucede o va suceder o ha sucedido, sin dejar descansar ni en sueños al pensamiento; ¡que sensación!, sin embargo, la del silencio total, cuando solo hay que nadar, sin pensar, sin razonar, rozando tu cuerpo con otros seres que te acompañan a veces, ahora, que sí pienso en ello, se que soy feliz solo deslizándome en mi añorado mar.

ALBA

Cuando casta la virgen ya salta del lecho

es de aurora el osado primer resplandor;

en el blanco sin mácula, cual nieve del pecho,

rosa enciende del alba divino arrebol.

Raya la amplia ventana del día alto escalo;

entra a raudales el chorro de luz...

Y posee su belleza desnuda un halo

de inquito y magnífico rayo de sol.

Al espejo se mira la hermosa beldad

que refleja su estampa con fiel verosismo;

y el espejo le cuenta su eterno misterio.

Para hacerme yo espejo y al liso cristal

que viniera , divina, a mirarse en sí mismo.

¡O ser rayo de sol y envolverla carnal!...

(Juan Manuel Naveros Burgos "Poma")

PRESENCIA

Dibujaré tu imagen en el aire,
prendido en el azul tu continente,
y trazaré al mirar -como al desgaire-
tu retrato ideal y transparente.
Plena de luz, sin ningún desaire,
estarás junto al mar toda sonriente;
libre en tu desnudez de sol viviente, 
felizmente encendida en tu donaire.
Mi mano irá formando tu figura
sólo por un instante vislumbrada,
mientras estás ahí, enfrente mía...
Y yo te veré en toda tu hermosura
con tu gracia carnal casi soñada, 
dando al azul tu grito de alegría.
(Juan Manuel Naveros Burgos)

MARINAS

De los mares azules en lo profundo,

entre las enramadas de los corales,

las conchas y las algas tienen un mundo

oculto a las miradas de los mortales.

A través de las aguas refulge el cielo;

las nubes son de espuma, de oro la arena,

los peces de las aves fingen el vuelo

y el secreto palacio se alza en el suelo

de la Sirena.

Arriba, de las aguas en la llanura,

el silencio profundo, la augusta calma,

la luna solitaria sobre la altura,

la brisa que en la orilla mece la palma,

el faro vigilante con sus destellos,

la lujuriosa costa, de árboles llena,

el viento rumoroso que gime en ellos

y juega, entre las sombras, con los cabellos

de la Sirena.

Otras veces, temblando desfallecida,

la tímida gaviota su vuelo abate

y cae, como la alondra del plomo herida,

de las revueltas olas en el combate.

Del viento a los ultrajes, la jarcia cruje,

la tempestad gigante se agita y truena,

azota el mar la costa con férreo empuje

y apaga el canto el agua, que airada ruge,

de la Sirena.

¡Oh mar! Feliz quien pudo ver tus montañas

y mirar con delicia tus densas brumas.

Está de vida un germen en tus entrañas,

aunque la muerte llevas en tus espumas.

Para cantar tu ceño, tu eterno ruido,

la fuerza misteriosa que te encadena,

cuanto en tu oscuro seno se halla escondido,

hace falta ese acorde jamás sentido

de la Sirena.

(Antonio Zozaya)

YO NUNCA SUEÑO

Cuando es tarde me voy a orillas del mar y miro como las olas marcan la respiración de otro mundo, un mundo sin aire al que he de volver, es extraño, sentir nostalgia y a la vez no querer irme, siento tanta atracción por las cosas que hay aquí, que temo poner siempre excusas para regresar a mi lugar, un mundo sin sueños, lleno de calma la mayoría de las veces, porque hasta la profundidad del mar aun no ha podido llegar el hombre y su curiosidad y destrucción, sin sobresaltos, sin días, pero también sin emoción, aquí mi ser palpita de vida, me emociono, cambio de humor, siento… Debo pensar en estas cosas que me están sucediendo…

Sobre el diván

Sobre el diván dejé la mandolina

y fui a besar la boca purpurina,

la boca de mi hermosa Florentina.

Y es ella dulce y rosa y muerde y besa;

y es una boca rosa, fresa;

y Amor no ha visto boca como esa.

Sangre, rubí, coral, carmín, claveles,

hay en sus labios finos y crueles,

pimientas fuertes, aromadas mieles.

Los dientes blancos riman como versos,

y saben esos finos dientes tersos,

mordiscos caprichosos y perversos.

(Rubén Darío)

LA SIRENITA

Mientras es pequeña una Sirena no abandona nunca a su cuidadora, ésta siempre la lleva a cualquier lugar que vaya y dedica mucho tiempo a jugar con ella, porque el juego es algo que hace que las sirenitas crezcan más espabiladas. Es importante enseñar la porción más grande de todo nuestro mundo que se pueda, porque luego, las Sirenas elegimos un lugar, y rara vez lo cambiamos, por eso el momento de conocer el gran mundo en el que vivimos es de pequeñas, nuestra memoria está capacitada para recordar todo lo que se siente y se ve a pesar de que sea a corta edad.

DE SIRENA A SIRENA

Nuestros secretos entre sirenas son como un cofre del tesoro perdido, que solo una persona puede reencontrar con las señas que tal vez dejo, cuando una sirena cuenta a otra un secreto queda protegido de cualquier mirada exterior, nadie más sabrá nunca que ese anhelo existió, somos leales en la amistad, aunque tenemos pocas amigas, en vidas dilatadas como las nuestras, las diferencias pueden más que los encuentros, y finalmente quedan sensaciones que nos separan, por eso nuestra vida es solitaria, rara vez tenemos más de una amiga sirena, y compensamos su compañía con otros seres del mar, como las jibias, caballitos de mar, delfines…
No tener una amistad no implica que siempre nos ayudemos como si fuéramos parte unas de otras, nos es imposible no acudir en ayuda de cada una de nosotras cuando sufre o sentimos que esta en peligro.