Es en la tarde azul y transparente que tu nombre me llega con la ola,
Frente a la mar que besa mansamente la dulce orilla adormecida y sola.
Sentado estoy en la arena de la playa.
Tu nombre escribo y borro con la mano…
No es de la ola que llegar ensaya lo que es dominio del sentir humano.
En mi pecho tu nombre tengo escrito con letras imposibles de borrar.
Es un tatuaje tan hondo y exquisito que no duele el tenerlo que llevar.
Es en la tarde azul. Tu imagen vuelve.
Y siento junto a mí la brisa fina…
Alargo el diestro brazo y lo devuelve el vacío cruel que se adivina.
…..
(Juan Manuel Naveros Burgos, “Tierra Marina")
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