El primer amante - me ciñó un collar - de perlas nacidas - en ignoto mar;
con él, un palacio - y esclavas sin par - y un templo y un trono - pudiera comprar.
con él, un palacio - y esclavas sin par - y un templo y un trono - pudiera comprar.
El segundo amante - dijo en mi loor: - -Si de tus cabellos - el negro esplendor
desatas, la noche - se esparce en redor; - y de tus azules - ojos al fulgor
la mañana enciende - su primer albor .
El tercer amante - -lo tuve hasta ayer- de toda hermosura - tenía en su ser;
tan solo mirarlo - era ya un placer - que aún a su madre - hacía estremecer...
Su frente, su boca - -tibio rosicler- sobre mis rodillas - venía a poner.
Tú, nada me dices; - tú, nada me das: - ni joyas, ni versos, - ni es bella tu faz;
nunca fina clámide - ceñiste quizás... - Sin embargo, túya - siempre me verás
cual los tres amantes - me vieran jamás.
(Piere Louis - Versión de Carlos López Narváez)
desatas, la noche - se esparce en redor; - y de tus azules - ojos al fulgor
la mañana enciende - su primer albor .
El tercer amante - -lo tuve hasta ayer- de toda hermosura - tenía en su ser;
tan solo mirarlo - era ya un placer - que aún a su madre - hacía estremecer...
Su frente, su boca - -tibio rosicler- sobre mis rodillas - venía a poner.
Tú, nada me dices; - tú, nada me das: - ni joyas, ni versos, - ni es bella tu faz;
nunca fina clámide - ceñiste quizás... - Sin embargo, túya - siempre me verás
cual los tres amantes - me vieran jamás.
(Piere Louis - Versión de Carlos López Narváez)
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