lunes, 15 de febrero de 2010

¿Qué come una Sirena?


Lo pasamos realmente mal en el mundo seco cuando hay que comer, nuestras costumbres son muy diferentes, sólo tomamos alimentos que no tengan vida animal, comemos raíces, hojas y frutos de plantas de muchas clases, aunque un bocado exquisito para nosotras son las perlas, es uno de los mejores regalos que podemos recibir, y nos resultan exquisitas, hasta en nuestro mundo no son fáciles de conseguir.
Aquí, tenemos que disimular para parecer normales, los alimentos que podemos comer preferimos comerlos crudos, cuando están cocinados, cocidos o asados pueden no sentarnos bien, aunque lo que peor soportamos son los alimentos fritos.
Hay un alimento que nos gusta, el pan y cualquier otra masa cocida o asada hecha con cereales que no nos sientan mal, aunque nuestros labios solo tomarían agua y frutas para mantener intacta nuestra salud.
Solo bebemos agua, aunque el vino nos gusta, pero tiene un efecto embriagador sobre nosotras mayor que el que causa en un humano y si lo probamos podemos acabar mal.
Estar cerca de alguien que come animales es muy desagradable, pero lo que no podemos soportar en ver comer pescado y productos vivos del mar, nos produce pavor y reaccionamos con horror sin poderlo evitar, por ello siempre intentamos comer en la intimidad y no compartir esos momentos
.

La Inconstante


Has venido hoy que yo no te esperaba,
cuando mi huerto sin flores mortecía...
Has venido y has traído la alegría
de un peregrino Abril que no soñaba.
Fue milagro de amor que cuando estaba
sin flores mi jardín y no decía
el pájaro su dulce melodía,
flores había y el pájaro cantaba.
¡Fue milagro de amor! Te dije: -¡Espera!-

y fui al rosal que ya no daba rosas...

¡Y rosas florecían tan hermosas

que eran una ilusión de primavera!
...
Mas te perdistes tras las mariposas

toda tú, alegre, ingrávida y ligera.
(Juan Manuel Naveros Burgos)

jueves, 11 de febrero de 2010

Iris y Coral

"Tu recuerdo es como el beso del mar con la playa...
Envuelve a mi pensamiento con ritmo idéntico al agua.
olas y olas y olas... ¡Y mi corazón no cambia!"
(Juan Manuel Naveros Burgos - Te recuerdo)
A veces las sirenas nos dedicamos a la vez a conseguir al mismo hombre, en el mar los compartíamos en la antigüedad cuando no necesitamos salir porque venían a nosotras, pero ahora, imitando el sentir humano queremos conseguirlo plenamente solas, es una competición seducir ante otra sirena.
¿Qué puede atraer más, la calma y la dulzura o la tempestad y la inquietud? Cada hombre contesta a esta cuestión de una forma diferente.
Una sirena tenía una relación, intentaba retrasar el momento final y se entretenía cuando ya el hombre estaba rendido y solo bastaba pedirle que la siguiera al mar, demasiado, considero otra sirena, y entonces intervino para que no cayera en la tentación de amarle.
Ella le complacía, le mimaba y él se sentía como un niño a veces, la buscaba para contarle sus contrariedades y escuchaba de ella siempre palabras que producían calma y alivio, se entregaba y le decía que ella era especial, que siempre le tendría; entonces intervino la otra sirena, y le mostró a una mujer enigmática, llena de secretos y atormentada, eso le hizo olvidar sus pequeñas quejas, ella se mostraba como si cada día fuera el último, vivía como si solo pudiera contar con su compañía ahora, y él la siguió como se sigue un ascua cuando se mira el fuego, siempre lejana, pero llena de pasión o de indiferencia, sin que él pudiera controlar el cambio, caprichosa, exigente, hasta hacerle sufrir, haciéndole renunciar a la tranquilidad, llevándole a sus límites, hizo que él desdeñara a la mujer que le había estado cuidando, era a esa imposible mujer a la que quería, a la que le hacía ir tras ella, y siempre parecía acabar de irse cuando finalmente él llegaba, la que le había sacudido hasta hacerle despertar y sentir cada día como uno diferente, no se sentía vivo hasta que la había encontrado, nadie muere si primero no ha vivido.

domingo, 7 de febrero de 2010

Tu mirada


Si tú, mujer, me miras que me abrasas,
Y a tus oscuros ojos me encadenas
Para encenderme en sus divinas brasas,
Es que tú, sin saberlo, me condenas.
Si tus manos me entregas amorosa
Y siendo prisioneras me hacen preso;
Si te enciende el pudor la faz de rosa
Y entre tus rojos labios tiembla el beso…
Si de tu cabellera la cascada
Cubre la desnudez entre sonrojos
De tu cuello de nieve; si cual hada,
Sonríes y me miras… y a mi calma
Tú me dices: “¡te quiero!”- con los ojos,
Yo:- “¡te adoro!”- contesto con el alma.

(Juan Manuel Naveros Burgos)

El hombre vulnerable


Ese hombre profundo en las relaciones, sensible y fiel, que acepta a una mujer como compañera, pero no como complemento de si mismo, capaz de enfrentarse a una personalidad diferente a la suya y cada día conquistar o sucumbir, sin volverse cómodo, que convence y no impone, y a veces queda convencido, ese hombre, no es el que buscamos.
Como sirenas necesitamos un Ulises, un hombre que se aleja y se olvida de volver, pero quiere sentir en la distancia la conquista, capaz de dormir con la maga Circe sin recordar a la mujer que le espera, y luego, entretenerse con princesas y conquistas, hasta que, por azar, si vuelve, espera encontrar aislado el corazón que abandonó, y siente que la mujer debe cambiar para ser la que él espera, y cuando lo consigue se cansa si fue fácil, y siempre su mirada, cuando besa, está pendiente del entorno, porque sus ojos no se cierran al besar buscando, quizá otros labios, en su inseguridad de encontrar sin quedar atrapado.
Ese es el hombre que necesita una sirena, ellos son los apropiados para con su semilla hacer sirenas frías y distantes, incapaces de amar y de entregarse, que sólo cumplen sus misiones sin pensar en el después del hombre que se llevan.
Cuando vamos a conquistar al hombre nos sumergimos, como en el mar, en el reto de hacer que un hombre así nos siga
.

jueves, 4 de febrero de 2010

Canción marinera


A buscar la aventura
salió el marinero,
la aventura encontró
cuando iba mar adentro...
Con el mar y sus olas,
con la sal y los vientos,
como un corcel con alas
saltaba su velero...
Una ola muy grande
le trajo en un madero
una rubia sirena de largísimo pelo.
¡No te fíes, mi amor,
mi amigo marinero,
y échala al mar
donde está su elemento!
Te dejaste abrazar,
te bebiste sus besos...
¡Mi adiós a tu barquito
y adiós, mi marinero!...
Si los peces del mar
aún quisieran hacerlo
¡con ellos te enviaría
para ti mi recuerdo!...
(Juan Manuel Naveros Burgos)

Vanidad de vanidades, todo es vanidad...

(“No hay memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá habrá memoria en los que serán después” Eclesiastés 1-11)

Es fácil convencer a un hombre de que es perfecto y hermoso, o al menos, atractivo, nunca tenemos problema alguno en ello, pero eso no es suficiente para que él este dispuesto a hacer algo por ti, debe estar seducido para que sea válido al traerlo a nuestro mundo, no puede ir si no es convencido de que lo desea.
A veces no culminan nuestras conquistas y debemos empezar de nuevo, lo mejor es verlo como una misión, aunque algunas sirenas han llegado a perder su poder al amar su objetivo, dos naturalezas imposibles de unir, solo viejas leyendas hablan de esos amores.
Primero se estudia al elegido, sus gustos, sus inquietudes, luego te transformas, para una sirena no es complicado, tomamos el aspecto apetecido, cabellos rubios, oscuros, rojos, nada es un obstáculo, siempre se puede intentar conseguirlo, incluso, cuanto más difícil es, puede ser más reconfortante llegar a la meta.
Nos gusta estar aquí, no precipitamos las cosas, el canto de sirenas debe ser lento y entrar poco a poco en él, saber que llegará y sentir cada momento hasta conseguirlo, en sí, nos proporciona mucha energía que para nosotras se convierte en sensación poderosa de dominio y placer.
Cuando, al fin, el dice, te amo, todo termina, pero no vale un precipitado te amo para abrazarte, o para este fin de semana, o cualquier otro te amo superficial, es el profundo sentido de posesión y entrega el que buscamos, ese que hace que el nos siga como sus antepasados marineros en el siempre misterioso mar y con nosotras se hunda en él.
Related Posts with Thumbnails