Dicen que la música nos puede hacer vibrar como cuerdas de
guitarra afinadas cuando tiene el mismo tono que nuestras células, todo se agita
cuando ella suena y nos sorprende la emoción, para las sirenas, el cante
hondo, es la música que tiene la clave de nuestra armonía interior, solo el
cantaor, o cantaora, llenando con su voz rota el espacio, nos hace recogernos
dentro y sentir nuestra historia, llorando juntos y descargando el dolor en
cada estrofa.
“…El cante jondo, alargado, atormentado, pronto tuvo como
aliada una guitarra que sonó en un lado de la plaza, acompañando el fandango
mejor cantado que se haya podido escuchar jamás y, luego, otro rasgueo en el
otro extremo, y más guitarras por el centro, y Curro, con voz lejana y rota,
enronqueciendo con un lamento desesperado.
Un ambiente mágico se instaló sobre el cadalso.
- Ayyyyy. Ayyyyy. AyAyyyyyyy.
“Sólo porque soy gitano
la vida me queréis quitar.
Nadie me tendió la mano
y ahora me queréis matar.
Y ahora me queréis matar
sólo porque soy gitano”.
Así, canta Curro, el gitano, espantando sus miedos y
llegando con su gritos melódicos a toda alma abierta, en la novela de Pedro
Blanco Naveros, “La leyenda del gitano cantaor” (Misterioso crimen en la sierra
de las Guajaras”.